Promesas que me hago…
1. No miraré fijamente al súper sexy mejor amigo del prometido de mi hermana, ni siquiera cuando se quite su camisa en una cena.
2. No lo buscaré en línea y revisaré las fotos de su carrera profesional como jugador de soccer.
3. Y sin lugar a dudas, no fantasearé con él a la noche.
Oops. Rompí las tres. Pero en mi defensa, sus abdominales y esa sonrisa arrogante me parecen irresistibles. Además, ha pasado un tiempo.
Pero no importa lo sexy que sea Asher St. James, nunca revelaré que está en la cima de una larga lista de cosas que deseo hacer.
Y mantengo esa promeso.
Bueno, en su mayoría…
En mi defensa, fui dejado con una botella de whisky y una inclinación de toda la vida por proteger a mi hermanita. Aun así, eso no es excusa para enviar diez mensajes de texto borrachos sobre por qué su matrimonio apresurado sería un error.
Si tan solo le hubiera enviado los mensajes a mi hermana. Pero no. Accidentalmente le envié el mensaje a ella, a su prometido y a su compañero súper sexy.
También usé la frase “compañero súper sexy”, así que me gustaría morir ahora.
En cambio, tengo que planear una boda con el bombón antes mencionado y compartir una casa de huéspedes demasiado pequeña en el caliente Miami.
¿Tres días bajo el sol con el engreído y encantador ex atleta al que le gusta sacarme de quicio? Bien, dos pueden jugar a ese juego de enfurecernos mutuamente.
Hasta que Asher sube las apuestas con una sugerencia tremendamente sexy. Una aventura sin ataduras, luego regreso a mi vida de padre soltero en Nueva York y él regresa a su vida de primer nivel.
Anótame.
Pero cuantas más noches paso con el otro padrino, más días deseo también, y eso simplemente no puede suceder. Especialmente cuando descubro la verdadera razón de por qué...
El contenido incluye: Primeras veces, una lista secreta de cosas por hacer, coqueteo a nivel de un campeón, autos rápidos, #berenjenas y dos hombres que lucen bien en ropa formal.
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