Papá Noel, ponme un inglés bajo
el árbol...
Cuando recibí una carta por
correo explicándome que había heredado la finca de mi tía abuela en Inglaterra,
pensé que era un timo. Ese tipo de cosas sólo pasan en las películas, y la
última vez que lo comprobé, yo no era la protagonista de la última película de
Hallmark.
Pero era real. Y algo me hizo
decir que sí.
Seis meses después, embarcaba en un vuelo a Inglaterra, preparada y ansiosa por empezar mi nueva vida.
Lo que no esperaba era aterrizar
en medio de una tormenta de nieve ni encontrarme a un hombre mayor y apuesto
esperándome en la recogida de equipajes. Es alto, robusto y conduce un Rover
antiguo que parece haber vivido tiempos mejores.
Y debido a dicha tormenta, ahora
estamos atrapados juntos en mi nuevo hogar. Con solo nieve en el futuro
cercano.
Luego está la química que
tenemos, que ninguno de los dos parece demasiado dispuesto a ignorar.
Diablos, tal vez sí soy el
personaje principal después de todo...
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