Me siento como en casa en la
oscuridad, donde la brutalidad se alimenta de los débiles y alimenta a los
fuertes. Shadowmoor me ha forjado en lo que soy hoy y tengo la marca y las
cicatrices que lo demuestran. Nunca pensé que volvería a ver la luz, pero parece
que el destino tiene otros planes para mí.
La llegada de mi padre significa que la vida tal y como la conozco está a punto
de cambiar. La Academia Silvercrest entrena y prepara a los más dotados y
privilegiados de entre nosotros para sus futuras contribuciones a la Monarquía.
Puedo venir de la familia correcta, pero soy un vacío. Sin dones. Sin magia.
Sin habilidades que se vean. Desde el sombrío inframundo hasta el pico más alto
de la tierra, necesitaré cada gramo de mi fuerza para sobrevivir en este lugar.
Prosperidad garantizada, eso es lo que prometen si llegas a la graduación. Sólo
el tiempo dirá si Silvercrest será el principio o el fin para mí.
Puedo sentirlo. Flota bajo la
superficie, un pozo infinito de poder esperando a ser liberado.
Magia que nunca pensé poseer y, sin embargo, ahora que la tengo, empiezo a
preguntarme si es más potente de lo que jamás hubiera imaginado. Pero necesito
aprender cuales son mis límites y rápido porque hay oscuridad en el horizonte.
Mis días en la Academia Silvercrest han estado llenos de secretos, conflictos y
muerte. Es un mundo consumido por la incertidumbre, pero sólo hay una cosa en
la que puedo creer... los Alfiles.
Creed, Zane, Eldon y Brax.
Son todo lo que nunca supe que necesitaba, y tengo la sensación de que los
cinco juntos somos la clave para salir de aquí con vida. En esta lucha, es
matar o morir.
Y tengo el poder en la palma de mi mano.
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