Para bien o para mal, hasta que la muerte nos separe...
Lo mejor me capturó; fue quien me robó el corazón.
Y me hizo darme cuenta de que no podría vivir sin esta mujer.
Lo peor de ella me dejó sin aliento; me dio una patada cuando estaba en el suelo y me retorció en un millón de nudos.
Cuando la
conocí, pensé que era alguien a quien nunca volvería a ver.
La segunda vez que me encontré con ella, fue una coincidencia al azar.
¿Y la tercera?
No lo sabía entonces, pero era la chica con la que me iba a casar.
La segunda vez que me encontré con ella, fue una coincidencia al azar.
¿Y la tercera?
No lo sabía entonces, pero era la chica con la que me iba a casar.
Pero la vida no siempre es perfecta. Hay que aceptar lo mejor y lo peor, aunque eso signifique renunciar a ella, que se escape entre tus dedos y dejarla marchar.
Me voy a
casar.
Esto es para siempre, hasta que la muerte nos separe.
Esto es para siempre, hasta que la muerte nos separe.
En la salud y en la enfermedad,
para amar y proteger...
Suena tan simple, amar a alguien incondicionalmente.
Darle tu corazón.
Entonces, ¿por qué me está carcomiendo lentamente el alma con cada llamada sin
contestar, cada mensaje sin leer y cada puerta sin abrir?
Ella dijo que sí, y sin embargo, para que ella esté conmigo... Necesito dejarla
ir.
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