Gray Lowe nació para vagar. Instalarse en un lugar demasiado tiempo desafía su instinto natural y, para Gray, es hora de seguir adelante. Nada puede reprimir su impulso de deambular, ni su nueva empresa, ni sus nuevos socios, ni siquiera su hermana, que solo ha pedido una cosa: que Gray permanezca en Sunkissed Key. Cuando una hermosa pero dañada Loba aparece en su puerta, ella puede ser la única cosa que Gray no puede dejar.
Laila Bissett prometió a su mejor
amiga Parker que localizaría a Gray Lowe y conseguiría que solicitara
Cibercompañeros, el nuevo servicio de búsqueda de Compañeros para los
Cambiaformas. No tiene ni idea de que el sexy Lobo Cambiaformas, también es
conocido como el soltero más codiciado de Sunkissed Key y está a punto de
desencadenar algunos dolorosos recuerdos reprimidos que la ponen en modo de
crisis. No hay vuelta atrás para Laila. O se enfrenta a unas verdades
horribles, o la destruyen.
Gray no se va a apuntar en ningún
tonto servicio de búsqueda de pareja. No cuando acaba de encontrar a su
Compañera y está justo delante de él. ¿Pero cómo es que su Loba está tan
dañada, tan traumatizada, que ni siquiera reconoce a su propio Compañero cuando
lo ve? Algo sucedió para enterrar al Lobo de Laila tan profundamente en su
psique que, hasta hace poco, ni siquiera sabía que su animal existía. Aunque
nunca lo acepte como su Compañero, tiene la intención de ayudar a Laila.
Pero para ello, debe descubrir el horrible trauma de su pasado que ha mantenido a su loba oculta durante todos estos años.
Fern Day apenas se mantiene unida
la mayoría de los días. Siendo madre soltera, totalmente humana, de una
Cambiaformas de quince años con toda una actitud, no tiene tiempo para sí
misma. Su vida es un caos, es un desastre y su hija es su primera prioridad.
El apuesto pediatra de Sunkissed
Key es muy tentador. Cuando se ofrece a enseñar a su hija a manejar su lado
animal, Fern no puede negarse. Pero esa es la única oferta que no puede
rechazar.
Harrison Daniels sabe que Fern es
suya en el momento en que la ve. También sabe que no está preparada para
averiguar sobre el apareamiento de los Cambiaformas. Solo verá otra
responsabilidad, y Dios sabe que ya está haciendo suficientes malabares con
ellas. Esa hija suya es todo un impío terror.
Harrison tiene mucho trabajo por delante. No solo tiene que convencer a Fern de que está en su vida para siempre, sino que también tiene que ganarse la aprobación de su engendro del infierno. Lo bueno es que Harrison nunca retrocede ante un desafío. ¡Adelante!
Arden Richardson no tiene excusa, es un error de juicio total. El hombre en coma ni siquiera es su paciente.
Pero… Su beso robado despierta al gigante dormido.
Flynn Bennett tiene un pasado turbio, que se extiende casi desde la cuna. Es problemas con P mayúscula.
Pero…Un beso es todo lo que se necesita.
El chico malo. El exconvicto. El contrabandista.
Promete ser un mejor hombre, para ella…
La bella. La enfermera. Su Compañera.
Alguien dijo una vez: “Los
opuestos se atraen”. (Claramente, nunca conoció a estos dos)
Mariah Starr, tiene un origen
humilde. Se ha arrancado las plumas de la cola trabajando, y su sueño está
ahora en la punta de sus dedos. Las metas requieren un sacrificio.
Patton James trabaja en el
negocio familiar de la construcción. Cuando tiene que hacerlo…. prefiere pasar
el día en su barco. La vida debería ser divertida.
Como Cambiaformas, saben
instantáneamente que son Compañeros. Eso no significa que les guste. O el uno
al otro.
Alguien también dijo una vez: “No puedes luchar contra el destino”.
Es una regla de la naturaleza:
los Cambiaformas no dejan a sus Compañeros.
Alfa dominante. Bestia de la
selva. Felino sexy. Dylan tiene un deber: preñar a sus hembras, construir su
Manada.
Es una regla de la naturaleza:
los Leones no tienen Compañeros.
Compañeros predestinados. Amantes
cruzados por las estrellas.
Hace dos meses, el sexy León
Cambiaformas con la sonrisa asesina y los ojos ardientes entró en la vida de
Elin como un torbellino, luego desapareció con la misma rapidez.
Cuando Dylan huyó, no se había dado cuenta de que estaba cometiendo el mayor error de su vida, o de que estaba dejando atrás más que a una bella mujer y un corazón roto.
Melody Manes, la maravilla del
éxito: más de cuarenta años, sin hijos, nunca se ha casado.
Mel no puede decidir cuál de esos
epítetos es peor. Al menos tiene un novio…
…con el que no puede
comprometerse completamente…
…de quién necesita unas
vacaciones.
Cuando intenta ayudar a un gato
callejero, se sube a un árbol. Irónicamente, Mac, el bombero que la
rescata, le prende fuego a sus bragas.
Mel no sabe si sentirse coqueta o
mortificada. Sí que lo sabe. Mortificada. Definitivamente mortificada.
Mel y Mac se pueden dar a cada
uno cientos de razones para mantenerse alejados uno del otro. Y solo una razón
para no hacerlo.
Pero cuando se trata de un
apareamiento de Cambiaformas, estos dos tienen pocas opciones.
El amor conquistará, y el destino gobernará.
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