Estábamos en primera línea en ese
mundo, el mundo de la mafia.
No había nada suave ni glamuroso en él.
Quién eras antes ya no importaba. Los nombres no existían.
Me uní de todos modos. No tenía otra opción porque se llevaron a mi hermana.
Únete. Encuéntrala. Intentar salir con vida.
Entonces me ganó en una partida
de póker.
Lo odié al instante, pensando que era como mis otros jefes antes de él.
No lo era. Era peor.
No sólo era frío. Estaba muerto por dentro.
No importaba que fuera guapo.
Era la cosa más letal que había conocido.
También era la única persona que podía mantenerme con vida, si no me mataba él
mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario