Solo soy una chica, parada frente
a una vitrina, intentando decidir entre chocolates y cupcakes.
Un chocolate realmente delicioso,
empapa bragas, que se derrite en tu boca. La última droga del amor.
O…
Un cupcake con su dulce glaseado suave, su centro pegajoso y su crema brotando cuando…
¡Espera! ¿Pensaste que esto era
sobre dulces?
Bueno, más o menos, pero también
se trata de hombres.
Dos de ellos. Gabe y Dylan.
Amigos. Socios comerciales. Un chocolatero encantador, un panadero descarado.
Estoy bastante segura que no debo
querer a ninguno de los dos. Después de todo, me mudé a Reverence para escapar
de los chismes y arreglar mi corazón roto.
Pero sí, los quiero. A ambos.
¿Cómo se supone que voy a elegir entre dos hombres ardientes que están
decididos a ganarse a esta tranquila maestra de preescolar? Complacer mi gusto
por los dulces está fuera de discusión. Abandonar el vagón solo puede terminar
en dolor.
Pero como cualquier adicto, una probada no es suficiente. ¿Puede una chica en realidad tener su pastel, y enamorarse de dos?
Encontrar al Señor Perfecto es
fácil.
Lo difícil es atraparlo.
No es que yo haya sido la chica
que deja que un poco de rechazo me deprima.
O impedirme alcanzar mis metas.
Cuando el Señor Correcto resulta
difícil de conseguir, necesito un poco de ayuda.
Casper Morgan no es el candidato
ideal.
En realidad, es grosero, gruñón y
malvado.
También es mi jefe durante el
verano.
Y esconde grandes secretos detrás
de la cremallera de sus pantalones.
Oh, ¿y mencioné que todo este
plan de citas falsa fue idea suya?
Ahora fingimos estar juntos.
A veces es difícil recordar que
no lo estamos.
Especialmente cuando me besa como
lo hace.
Y me toca como si le
perteneciera.
Tal vez el tipo correcto no sea
el que planeas.
Es el que nunca viste venir.
Ash…
Sam Sweets siempre ha estado ahí
para rescatarme.
Me amaba cuando nadie más podía.
Ni siquiera mi propia familia.
También lo amaba. Más de lo que
jamás creí posible.
Pero el amor es peligroso.
Destruye. Corta profundamente y deja heridas que no son visibles a simple
vista.
Así que lo dejé para protegerlo
del daño que podría causar.
No marcó la diferencia. De todos
modos lo lastimé.
Pero quizás esta vez pueda
hacerlo bien.
Sam…
No era mi intención enamorarme de
la chica rota de al lado.
La mejor amiga de mi hermana
estaba fuera de los límites y, además, era demasiado joven.
Pero también era mía.
No debería haberme sorprendido
que no se quedara.
No estaba lista para las vallas,
los vestidos de novia y los bebés cuando tenía el mundo a sus pies.
Ahora ha vuelto. Con un escándalo pisándole los talones. Sigue siendo la chica dañada que conocía. Y quiero hacerla mía otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario